Reseña de 'El dibujante de relatos'

El poeta Juan José Parcero reseña en El dibujante de relatos, el álbum con ilustraciones de Juan Tudela y textos de Antón Castro:


Palabras que retratan, dibujos que se convierten en literatura…

Hace ya unos días que terminé la lectura reposada, concienzuda, no más de lo que merece una colección de microrrelatos, de El dibujante de relatos, con textos del gran Antón Castro y dibujos de Juan Tudela (Pregunta, 2013)

Aunque en algunos momentos, me ha sobrevolado la reticencia de lo que podría ser la cortapisa de un encargo y sus limitaciones inevitables a la creatividad del escritor, la sensación final es positiva. 

Los relatos, con un toque amable que disuelve la negrura de alguna de las acciones protagonizadas o sufridas por los personajes, se leen con una envidiable facilidad, tienen una unidad indiscutible. Se aprecia la técnica de orfebre que reúne los materiales y les da forma. Como lo son las ilustraciones, con ese referente en las maravillosas máscaras de Pablo Gargallo, el trasfondo también es intemporal. Nos vamos de viaje, y en concreto a la Zaragoza de otro siglo XX, a unos recuerdos que de tan recreados son casi vividos.

Me asoma una reflexión. ¿Es necesario en esta ingrata tierra de profetas expatriados, que vengan de fuera a descubrir y valorar sus maravillas? Antón Castro se deja conquistar por rincones aragoneses. No se conforma con vivir un paisaje, se inocula de su esencia, profundiza en sus contradicciones, visita con encendida pasión las huellas de su pasado, se transforma en firme defensor de su belleza.

El gallego de Miralbueno conoce como pocos esa riqueza, que a casi todos por aquí pasa desapercibida, y además no se conforma con disfrutarla para sí, la comparte en estos relatos de discreta reivindicación de ese horizonte que por cercano, a algunas mentes simples se les antoja estrecho y cateto. Los catetos son ellos, por muy modernos que se crean.

Qué sustanciosa y hermosa la intersección de literatura y plástica. Mi agradecimiento a los autores. Con este libro los lectores gozamos a través del poder ilustrador presente en los contundentes retratos de Juan Tudela. Nos emocionamos con la plasticidad de la letra sobre el blanco de las páginas, con las tramas que se hacen uno, y que uno son junto a los dibujos. Mi enhorabuena a los dos creadores. También a los editores, imprescindible Pregunta Ediciones, de un libro objeto, de una obra de arte.