La web Lectura abierta
publica una reseña, firmada por Julián Bueno, de Todas las religiones
son una / No hay religión natural, el libro con los primeros aforismos
de William Blake que editamos en Pregunta. Podéis leerla en este enlace y a continuación:
Todas las religiones son una: comentario a los aforismos de William Blake
William Blake decía que todas las religiones son una,
variaciones de una misma inspiración, expresiones propias que, a su
manera, cada pueblo hace del mismo sentimiento. Las religiones vienen de
la misma fuente, del Genio Poético, como Blake le llama en esta serie
de aforismos. El título del libro es Todas las religiones son una – No hay religión natural, dos frases que expresan un mismo sentido.
Para escribir esta reseña he leído el libro de la Editorial Pregunta,
una publicación del año 2014, bilingüe, acompañada de las imágenes de
los grabados de Blake. Se agradece que esta edición haya incluido estos
dos aspectos. Para el lector siempre es enriquecedor tener la versión
original del texto y la traducción al lado. Igualmente, que los grabados
de Blake acompañen los textos es algo necesario, debido que él mismo
concebía texto e imagen como una misma obra.
William Blake era considerado loco por sus contemporáneos, poeta del
cielo y del infierno. Era un grabador, pintor, escritor y filósofo al
margen, encuadrado en el romanticismo inglés. Blake decía que el cuerpo
era una manifestación del alma, y que lo verdaderamente existente es la
energía.
En estos aforismos también está presente cómo Blake entiende al ser
humano, como un ser hecho para las sensaciones y percepciones, un ser
que viene sin moral predeterminada, un ser que está influido por la
educación: “El hombre no tiene noción de corrección moral sino desde la Educación. Por naturaleza es solo un órgano natural sometido a la Sensación.”
Para William Blake percibir es lo propio al ser humano. La sensación
del mundo físico, la percepción natural solo es posible a través de los
órganos naturales. La percepción circunscribe las posibilidades
naturales del ser humano, la experiencia empírica determina aquello que
puede ser deseado: no se puede desear lo que no se ha percibido antes,
afirma Blake. Esta idea central la expresa de diversas maneras, debido a
lo cual queda abierta una cuestión: ¿hay algo más en el ser humano que le permita percibir fuera del ámbito natural?
Ciertamente, si. Afirma Blake que “Nadie podría tener sino pensamientos naturales u orgánicos si no tiene sino percepciones orgánicas“. Pero hay percepciones más allá de las orgánicas. Blake fue tomado por loco porque aseguró haber tenido experiencias metafísicas, revelaciones y visiones divinas; su hermano se le apareció después de muerto y le enseñó una mejora en el método del grabado; sus visiones de ángeles y de lo divino le valieron una reputación como una persona descarrilada. Debido a esto, no sorprende que escribiera “las percepciones del hombre no están limitadas por órganos de percepción, él percibe más de lo que el sentido (aunque nunca tan agudamente) puede descubrir“.
Hay un ratio de percepción de los sentidos y del cuerpo. Pero es
posible traspasar este límite. Abrir la percepción hacia una
sobre-naturaleza, a la cual pertenece el ser humano, es una idea
implícita en estos aforismos. Es además una idea que alimenta a muchos
otros escritores y filósofos posteriores. Huxley retomaría este punto y hablaría del uso de los psicotrópicos para ayudar a abrir la percepción.
Dice que es ese carácter poético, al que también llama profético, el
que permite ir más allá de los límites naturales de los sentidos. Los
dos últimos aforismos del libro, titulados Aplicación y Por lo tanto, dicen así: “Aquel que ve el infinito en todas las cosas ve a Dios. Aquel que sólo ve la Ratio sólo se ve a sí mismo.” y “Dios se vuelve como nosotros, para que nosotros podamos ser como él es“.